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lunes, 3 de junio de 2013

Porteo internacional

Portear. Llevar al niño atao. Llevarlo contigo. Qué más da. Nos entendemos.
Esta mañana iba yo con M. por la plaza del pueblo en el que ahora vivimos, cuando se me ha acercado poco a poco una mujer marroquí con un niño y un carrito. El niño iba agarrado al carrito de su hermana jugando con un muñecajo, del carrito iban colgando unas cuantas bolsas con fruta, carne… Pues el caso es que la mujer, la mamá de estos dos niños, se me ha acercado muy  sonriente y después de pedirme perdón por molestarme, me ha preguntado ¿pero cómo te pones al niño así? es muy bonito y yo por más que lo intento no lo sé hacer, en mi país nos los ponemos a la espalda, pero mi hija todavía es muy pequeña y no le gusta ir detrás. Sin sacar a M. le he intentado explicar el mecanismo, pero me decía ¡pfff, qué difícil! Total, que le he dicho: vamos para un lateral que te lo enseño.
La mujer no quería porque decía que no tocara a M. que estaba muy a gustillo ahí y que no le sacara y tal…así que la he dicho que así ella me enseñaba a ponérmele en la espalda, que a mí no se me da bien y no me he animado a salir nunca con él así por si se me caía. Le ha parecido genial, me ha estado contando que su madre se ponía así a sus hijos en Marruecos.

Así que me ha cogido a M. un momentillo mientras yo me desataba el fular. Cuando me lo he quitado, le he dicho: ¡ahora atenta, que voy! Se reía. Y me lo he vuelto a atar lentamente y diciéndole los pasos: primero buscas la mitad del fular y te la pones en la tripa; a continuación echas los dos extremos hacia atrás, los cruzas en la espalda y los subes por los hombros; una vez hecho esto, metes los extremos por la primera vuelta y estiras bien para que la niña vaya bien sujeta; por último, cruzas los extremos y te enrollas el sobrante en la cintura. Según se lo explicaba, ella asentía y me ha asegurado que lo había entendido genial, que ya sabría ponerse ella el suyo. Dicho esto, me ha dado a M. y me ha explicado cómo ponerme el fular a la espalda, ella no se lo ha puesto porque tendría que quitarse la chilaba y tal y no podía. Pero me ha explicado superdetallado cómo hacerlo y ¡he aprendido! Nada más llegar a casa lo he probado y genial, M. prefiere delante pero creo que cuando sea más grande va a ir ahí de maravilla.
Estoy feliz. Nos hemos despedido de muy buen rollo, a ver si nos veíamos otro día, y me he ido emocionada. M. todavía es pequeño y no voy al parque, no va a la guarde…vamos que no he conocido a ninguna otra mamá desde que tengo a M., hoy ha sido la primera. Y me ha encantado, nos hemos preguntando por los niños, por el tiempo que tenían… todas esas cosas. Su niño mayor no perdía comba, miraba a M. todo el rato y no se soltaba del carrito de la hermana. Además ha sido genial porque yo hace años estudié árabe, y oye, ¡que alguna palabra le he pillado! El próximo día que les vea (o bueno, un poco más adelante que no les quiero asustar) le voy a preguntar a ver si podría quedar de vez en cuando para hablar en árabe, igual su nene va mal en inglés y le puedo echar una mano….!no sé!
Estoy emocionada, de verdad. Además, nos he sentido muy cerca, las dos mamás, las dos con la compra, con todo un largo día por delante para dedicarlo a los enanos, y habiéndolo empezado con tan buen pie… :)

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