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domingo, 23 de marzo de 2014

Momentazo

Aviso a navegantes: con la maternidad, el nivel de moñismo se dispara. En serio. Roza a veces el absurdo y una se ve desde fuera y se ruboriza ligeramente e incluso en algunos momentos se daría una autocolleja para recuperar la compostura perdida en medio de la calle escenario de la última proeza infantil a cargo de su hijo. Lo que pasa es que luego se huele el pelo del pimpollo, o se le ve andando a pasitos cortos hacia atrás calculando de reojo la distancia para sentarse en el escalón del jardín con ademán de abuelo, o se ríe dormido... y a esas madres se les olvida que están en medio de la calle con media pechuga fuera, o que están en el jardín sin llaves a merced del primer golpe de viento que tenga a bien dejarlos en la calle con las patatas a medio freír o el tema del Modernismo a medio subrayar. Gajes del oficio maternal, nada importante. Es casi diario, que en los comentarios me lo corroboren las madres que lo saben, esto de flipar con lo bonito que hay en casi todos los movimientos y logros de los hijos.

M. protagonizando el momentazo
Pero luego, en el día a día maternofilial, además de estos momentos, hay momentazos. Conste en acta que estoy obviando con nocturnidad y alevosía las partes desesperantes de la crianza, que las hay y que darían por sí mismas para un blog aparte, en aras de que me quede un post bonito.

Señalo algunos momentos: que se quede dormido como por arte de magia tras un día agotador, que te dé las gafas por la mañana para indicar que ya es hora de bajar a desayunar, que un buen día salga por sí solo andando del coche cuando hasta ayer lo tenías que llevar en brazos hasta la puerta de casa, que elija lo que quiere merendar entre dos o tres cosas que le ofreces. Maravillas diarias que regalan gratis los enanos.

Pero luego están esas otras ocurrencias que se convierten en momentazos, actos que dejan a la madre de piedra y con el corazón blandito y a punto de caramelo; vamos, que luego detrás del momentazo vienen quince minutos de destrucción de mobiliario o de toqueteo compulsivo de perro sarnoso por parte del polluelo, y la madre no se entera de nada mientras sigue flotando en el recuerdo amoroso de lo que acaba de pasar.

Uno de los últimos momentazos para mí ha ocurrido hace pocos días, uno de estos días primaverales que nos ha regalado marzo así como adelanto de lo que vendrá, cuando bisabuela, abuela, madre de M. y M. avanzábamos por las calles de un pueblo de Madrid camino de uno de esos paraísos terrenales que aparecen de cuando en cuando en las aceras: una tienda de lanas. Lo que pasa es que como el paraíso no es igual para M. que para nosotras, se hizo necesario hacer turnos para comprar cada una nuestro botín lanero mientras la fiera corría entre los soportales que precedían a la tienda persiguiendo a los niños y a las palomas. Estábamos disfrutando de lo lindo madre e hijo mientras mi madre y mi yaya compraban media tienda, cuando pasó algo que yo calificaría de momentazo y que desde luego alzó mi ya de por sí vena sensible hasta cotas infinitas: vi a mi enano mediometro andando decidido hacía mí entre la poca gente que en ese momento caminaba por nuestro trozo de acerca, y cuando parecía que iba a hacer un quiebro y a desaparecer entre las columnas de los soportales para seguir jugando al escondite, siguió recto con el pelo al viento y los brazos abiertos y se agarró a mi pierna como un koala feliz, con una fuerza y una alegría verdaderamente impresionantes, ¡qué sensación! Se reía mientras apretaba los brazos y movía las piernas como bailando, feliz. Y fue ese uno de esos hechos que hicieron salir a la madre moñas que hay en mí y que casi me hizo llorar en medio de esa acera mientras esperaba a mis predecesoras.

Me parece importante no cerrar esta historia sin señalar otro hecho importante: ¿nada que decir de la destreza materna que rápidamente desenfunda móvil de bolsillo trasero, desbloquea, busca la cámara, apunta, dispara y captura la maravilla en el instante crítico en el que el soportal paradisíaco vuelve a ser más interesante que la pierna materna, para guardar documento gráfico de ese momentazo familiar? Lo que no le de tiempo a hacer a una madre... :)

15 comentarios:

  1. JAJAJAJA Me encanta Mike y esos momentazos... El otro día viví uno yo: que ya da palmitas y yo como una gili.... gritando: Bieeeeeeeeeeeeeeennn! y claro la niña se paró, mirándome como: ¿Qué pasa??? Yo con mi sonrisa el resto del día. (Ah! No me dio tiempo a coger la cámara jajaja)

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    1. jajaja nada Eva, es cuestión de que Vera crezca unos meses más...y tus habilidades crecerán con ella..ya me contarás! ah, las primeras palmitas son para morirse...qué bonita! un besote!

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  2. Nada de q es ñoño...eso lo piensan los q no han vivido ningún momento de esos...yo creo q es en esos pequeños momentos donde existe la felicidad absoluta, donde se te cargan las pilas para todo lo demás.

    Disfrútalos, según se van haciendo grandes cada vez hay menos momentos de esos...

    Buena semana!

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    1. claro que sí! a disfrutarlos, un besito y buena semana para ti también! :)

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  3. Esos momentazos son los que borran de un plumazo las malas noches, los malos días, los momentillos duros de la crianza...estos niños derriten el alma. Muaks!

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  4. Pues sí que eres diestra, sí...a mí casi nunca me da tiempo de sacar el móvil a tiempo, jajajajaja!
    Y menudo momentazo...a disfrutar a tope, que dentro de unos años sólo nos darán besos a escondidas de sus amigos! XD
    Muas!

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    1. jajaja eso de los besos a escondidas llega muy pronto! el sobrino del padre de M. desde los trece años le ve a lo lejos y ya le estira la mano como para que quede claro que aquí nada de besos!! jajaja lo del móvil deben ser años de práctica...tengo incontinencia fotográfica y estoy siempre disparando!! besitos guapa!

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  5. Son taaaaaan perfectos los momentazos...! Últimamente a Pipeke le da por venir corriendo hacia mí diciendo "Maaaaamiiiii!" y cuando me alcanza, me da un "babazo" fuerte, con palmaditas en la espalda y todo. Es genial :) Y el momento foto, yo también estoy desarrollando una súper habilidad relacionada con eso! jaja, velocidad de reacción nivel experto... :P

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    1. jajajaja exacto!! esa velocidad de reacción es una característica fascinante del progenitor..jeje ay Pipeke! mmua!

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  6. Así me gusta! Hay que estar rápidas sancando los teléfonos. En mi caso seguro que para cuando yo disparara ya el niño estaría haciendo la mili ;)
    Un beso y feliz lunes!

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  7. Que bonito, Paula, me he emocionado...!!
    Para que lo guardes en el corazón... claro que si :)
    un beso a la veloz fotógrafa!

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    1. Un besito para ti también! es que tienen momentos que...son tan bonitos! un besito!

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  8. Era aquí donde tenía que estar el comentario, jajajaja. qué jefa, tienes la foto del momentotierno pa siempre!!!!

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